Docentes
y alumnos universitarios ¿Lectores y escritores exitosos?
El mundo actual vive una serie de
transformaciones a todos lo niveles, aunado a los avances de la ciencia, la
tecnología y la información que han originado un nueva visión sociocultural e
histórica donde la sociedad humana debe asumir los cambios y retos que impone
la tecnología de la información y el conocimiento. Todos estos cambios han
impactado al sistema educativo universitario en el mundo, estableciendo una
nueva concepción filosófica en los docentes y en las instituciones de educación
superior, esta realidad conlleva al surgimiento de nuevos requerimientos y
prácticas de gestión para el docente, a objeto de que sea capaz de responder de
forma eficiente y efectiva a los cambios que experimentamos hoy en día en este
sector.
Se desarrolla la concepción del
docente como un Gestor Axiológico Cultural de las transformaciones sociales,
tiene la misión de buscar que la educación del estudiante esté centrada en los
valores humanos y sociales y no sólo en el conocimiento, pues la formación del
individuo debe ser profunda y sensible en cuanto al compromiso social, la
conservación, respeto de la diversidad cultural y del ambiente, la superación
personal mediante el autoaprendizaje, el fortalecimiento de la autoestima y el
desarrollo de la apreciación por el arte en todas sus manifestaciones.
Además de todo lo que se ha expresado
también es importante acotar que dentro de la capacitación y formación del
docente, está la de contribuir al desarrollo integral del educando y para que
este desarrollo se produzca en forma permanente el alumno deberá adquirir
habilidades en muchos aspectos, uno de los más relevantes es el que está
relacionado con el uso correcto de la lengua oral y la lengua escrita, pues
como manifestaciones del lenguaje, requieren por parte del usuario el manejo de
competencias que le permitan ejecutar esta actividad en forma eficaz.
El docente universitario venezolano,
debe poseer habilidades comunicativas superiores, ser un lector independiente
capaz de promover en sus alumnos, el interés por la lectura y por el desarrollo
del lenguaje. La preocupación es de tal dimensión que, en distintos ámbitos, se
debate y reflexiona sobre los problemas que evidencian alumnos y egresados en
cuanto a la interpretación y producción de discursos orales y escritos. La
consecuencia de estos análisis, producen cíclicamente cambios en el sistema que
no se abordan, o lo hacen de manera poco eficaz, la cuestión fundamental
presenta deficiencias en prácticas de lectura, escritura y comunicación oral,
no solamente los alumnos sino también los docentes.
La realidad en las aulas
universitarias no difiere de las de otros niveles educativos. En éstas se
encuentran alumnos con profundas deficiencias a nivel lingüístico, con un
enorme desconocimiento de los aspectos básicos de la escritura y con fallas en
la redacción de textos de cualquier tipología.
Es importante señalar al respecto, que
“quienes se forman como profesores sienten que están demasiado ocupados en el
aprendizaje de contenidos, el cumplir con las asignaciones para aprobar los
cursos y completar los requerimientos curriculares” (Fraca, 2001, p.21).
En este caso hablando del proceso de
escribir que se debe traducir en producción de ideas, en la generación de
conceptos y puntos de vista que promoverán un verdadero acto comunicativo, el
individuo que escribe debe tomar muy en cuenta las ideas que desea transmitir,
le corresponden conocer el tipo de texto que va a producir y debe concientizar
con qué intención escribe.
Diversas investigaciones en el campo
de la educación universitaria muestran resultados alarmantes entre ellos:
El uso del código escrito por los
estudiantes universitarios, es similar al de los alumnos de los niveles
anteriores.
El estudiante universitario está imposibilitado
para expresarse en forma escrita.
Existe confusión en el uso del código
escrito con respecto al código oral, es decir, los alumnos “escriben como
hablan”.
Se comprobó el desconocimiento
teórico-práctico en el uso del registro escrito.
Presentan dificultades de escritura en
diversas formas y en distintos niveles: caligráficos, ortográficos,
morfológicos, sintácticos, semánticos y lexicales.
No se utiliza la lengua oral y escrita
como instrumentos de comunicación y pensamiento.
Cabe destacar, que a la escuela se le
ha designado la tarea de desarrollar en el alumno la posibilidad de
“comunicarse” por escrito en forma efectiva.
No obstante, ésta no ha tenido la
capacidad para cumplir con la función social del lenguaje, pues no promueve el
uso de las estrategias necesarias para que el lector lo haga de manera
comprensiva y reflexiva. Se ha ocupado más porque el alumno “aprenda” diversos
contenidos de las diferentes áreas del currículo, pero ha olvidado que no sólo
esto es importante.
Lógicamente, si el alumno no sabe
“leer” ni “escribir”, sino apenas alcanza a decodificar, memorizar y copiar, no
podrá acceder a otros procesos de mayor complejidad tales como el análisis, la reflexión, la síntesis.
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ResponderEliminarInteresante artículo
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