EL ROL DE LECTOR Y
ESCRITOR EN LA COMPETENCIA COMUNICATIVA
Existen
variadas razones por la que escribimos; una que se considera bien importante es
que en el acto de escribir descubrimos lo que pensamos; así como la expresión
sin pensamiento está vacía, el pensamiento sin expresión está incompleto.
Escribimos
para ganar poder, pues a través de nuestra escritura definimos la realidad,
escribimos para integrar, otras veces para guardar distancia, a veces
escribimos para iluminar, y otras veces para oscurecer. Escribimos con cierta
voz, para definir nuestra identidad, escribimos para divertirnos mediante el
juego con el lenguaje, para atacar, para lastimar, o para trasmitir nuestro
dolor.
A
menudo escuchamos opiniones acerca de la lectura, los diversos tipos de
lectores, de las técnicas de lectura rápida, de estimulación temprana, de
vicios lectores que impiden la comprensión de los textos, y hasta de posturas
para propiciar la concentración y el análisis. También se suele pensar que
entre más lecturas logre un sujeto acumular, más culto, más sabio y más digno
de admiración será, y pareciera que la intención es demostrar que, gracias a su
alto nivel de cultura, lograron descifrar el mensaje del autor, lo que él
quería decir.
Pero
es allí donde nos preguntamos:
¿Quiere
éste, en realidad que descifremos lo que quiso decir? Y a partir de ello ¿nos
interesa a nosotros ese mensaje que, supuestamente, él nos transmite? ¿No
detestamos acaso, cuando nos encontramos en la mitad de la lectura de un libro,
que alguien nos cuente el final? ¿No nos condiciona esto nuestra experiencia
lectora?
Todo
lo expuesto nos permite darnos cuenta que un lector, no es aquel que busca que
los libros le den un saber superior, sino que ese texto sea capaz de ayudarle a
crear un mundo propio lleno de imaginación; es decir el lector se motiva con la
lectura y participa dándole significado a lo que lee.
"Leer
no es recibir, consumir, adquirir. Leer es trabajar" (Zuleta: 192), y ese
trabajar entendido, no como hacer un esfuerzo sobrenatural por encontrar la voz
del autor y saber lo que se proponía con la obra, sino hacer equipo con él, ser
su "cómplice" y participar activamente en ese proceso de
comunicación, en el cual el lector se acerca a un texto como un aventurero,
ansioso por descubrir cosas nuevas, incluso diferentes a las que otros lectores
del mismo texto pudieron percibir, porque las obras literarias permanecen
siempre abiertas, poseen infinidad de interpretaciones y todas dependen
directamente de la experiencia lectora de cada individuo.
Por
mucho tiempo se nos hizo creer que el autor era el único propietario de los
lugares,
de los personajes, de los hechos, del lenguaje mismo que mora en la obra de
arte, sin embargo, cuando el lector alcanza este punto del camino, cuando
finalmente logra llevar a cabo una lectura seria, una lectura consciente,
trabajadora, intelectual, se da cuenta que él también tiene poder sobre estas
formas y que puede moverlas a su gusto. Es una reorganización cooperativa,
grupal, en la cual el escritor le ofrece cierta parte, cierta estructura del
texto y el lector la recibe y la transforma, la reforma, inventa unidades
nuevas, suprime actos. De esta manera, un lector de literatura no busca sentido
dentro de la obra, lo produce a partir de las herramientas que le brindan el
autor y el lenguaje mismo.
Los
libros siempre nos deben acompañan y ayudar a pronunciar la palabra todo ello
para contribuir en la gesta histórica de formar a la patria, dándonos un aporte
voluntario
para trabajar por el país. El lenguaje debe ser tanto urbano como representativo,
que nos motive a garantizar nuestra libertad como soberanía, la
palabra
es el espíritu que nos inspira a cada cita e indaga los procesos que le han
dado historia a nuestro país.
Los
ejercicios de escritura son una buena forma de mejorar tu habilidad como
escritor generar nuevas ideas para tus trabajos en esta área de estudio. He
aquí algunas actividades para motivar y estimular la creatividad el talento que
debes descubrir.
Actividades
a realizar:
1.-
Selecciona a diez personas a las que conoces y escribe una descripción de cada
una en una frase.
2.-
Realiza una grabación por cinco minutos de un programa de radio. Transcribe el
diálogo añadiendo una descripción narrativa de los interlocutores y sus
acciones como si fueras tú el que escribiera la escena.
3.-
Escriba una biografía de tu vida en 500 palabras.
4.-
Escribe en forma continua el diario de vida de un personaje ficticio.
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